martes, 14 de junio de 2016

Costa da Morte, Galicia. Tierra de mar y leyendas

La Costa da Morte o Costa de la Muerte, en Galicia, llega desde la ciudad de Carballo hasta el cabo de Finisterre. Sus hermosos paisajes y sus innumerables leyendas la convierten en un lugar de obligada visita para el viajero.

Faro de Cabo Vilán, Camariñas
Faro de Cabo Vilán, Camariñas

Abruptos acantilados, playas interminables, puertos pesqueros. La Costa da Morte, en A Coruña, esconde regalos, sorpresas y olores imborrables que quedarán en el corazón y la retina del visitante para siempre.


Una historia de naufragios


Los naufragios están muy presentes en la Costa da Morte. Su mismo nombre ya define la tragedia de cientos de marineros que encontraron la muerte en sus aguas, y se ha considerado desde tiempos pasados que la zona cercana a Finisterre, el Finis Terrae de los romanos, es de las más peligrosas, repleta de nieblas, de enérgicas corrientes y temporales intensos.


Costa da morte


En algunas zonas de la Costa da Morte se han llegado a contabilizar hasta sesenta naufragios en tan solo cien años. Estos son algunos:

  • El HMS Serpent fue un crucero de la Royal Navy que naufragó en 1890. En la tragedia perecieron 172 marineros ingleses y solo sobrevivieron tres. Las víctimas recibieron sepultura cerca del mar. A esa zona se la denomina el “Cementerio de los ingleses”.
  • En 1846 se hundía el barco inglés Great Liverpool,  conocido como “El pequeño Titanic”. Fue uno de los primeros trasatlánticos de vapor de la historia. Solo fallecieron tres personas, pero el barco se hundió con todo su contenido. El capitán se quitaría la vida poco tiempo después. Los restos de la nave fueron localizados en el año 2009.
  • El John Tenat naufraga en aguas cercanas a Finisterre en 1875. Afortunadamente no muere ninguna persona. El navío queda en el fondo del mar repleto de las pieles, el azúcar y el café que transportaba en ese momento.
  • En la primavera de 1953 zozobra un mercante español. Los “piratas” lo desvalijaron cuando llegó la noche.
  • En el verano de 1964 colisionan el Fabiola y el Bonifaz. Tan solo se pudieron rescatar cinco cuerpos sin vida. Del resto de la tripulación, 20 personas, nunca más se llegó a saber. Se la recuerda como la mayor tragedia del siglo XX en la Costa da Morte.
  • Y todo el mundo recuerda el naufragio del Prestige, en noviembre del año 2002. Este petrolero provocó una de las mayores catástrofes ecológicas en aguas gallegas.

Noia


El municipio de Noia, en A Coruña, se dice que fue creado por la nieta de Noé y que en una de sus montañas más elevadas está sepultada el arca que salvo a su familia, y a algunos animales, de perecer bajo las aguas.


Iglesia de San Martín, Noia
Iglesia de San Martiño

En el cementerio de esta ciudad hay unas extrañas inscripciones en algunas de sus tumbas y paredes que, hasta el momento, no se han podido descifrar. Para algunos investigadores se trata de inscripciones secretas y desconocidas, posiblemente realizadas por enigmáticos visitantes que llegaron a Noia en tiempos pasados. Hay incluso quien se atreve a aventurar que quizá eran pobladores de la desaparecida y mítica Atlántida.


Finisterre


Para los romanos Finisterre era el fin de lo conocido, el final de la Tierra. Cuenta la leyenda que bajo sus aguas se encuentra perdida la ciudad de Duio, que fue arrasada por Dios como escarmiento hacia los humanos, por sus malos actos y la indolencia que mostraron ante la llegada de Santiago Apóstol. Del siniestro tan solo se salvaron dos bueyes, que vagaron y vagaron por los alrededores, hasta que agotados se adentraron en el mar y fenecieron ahogados. Se cuenta que de inmediato se convirtieron en dos grandes rocas, a las que se las denomina actualmente “Os Bois de Gures”. Gures era el nombre del dueño de los animales.


Faro de Finisterre
Faro de Finisterre


La Piedra de Abalar, en Muxía




Piedra de Abalar, Muxía


De esta enorme piedra se cuentan muchas historias. La más conocida es que se mueve sola cuando quiere, pero especialmente cuando la toca o sube sobre ella alguien inocente, entonces dicen que se balancea sola. También se le achacan cualidades adivinatorias y curativas, así como la facultad de predecir desgracias.


Beatriz Moragues - Derechos Reservados


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