Situada en Castilla-La Mancha, Cuenca es una ciudad que no te dejará indiferente, por sus paisajes naturales y su historia. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sus conocidas Casas Colgadas, sus maravillosos miradores y sus calles empedradas, hacen que cada rincón parezca decirle al viajero que saldrá de la ciudad deseando regresar.
Durante la conquista musulmana es cuando se construye la fortaleza de Qünka o Kunka, origen de lo que es la ciudad de Cuenca en la actualidad. En el año 1177, el rey de Castilla Alfonso VIII la ocupa y la convierte al cristianismo, otorgándole el Fuero de Cuenca, un conjunto de normas que proporcionaron derechos y leyes a la ciudad y a sus habitantes.
Durante los siglos XV y XVI su economía se hizo fuerte con la industria textil y ganadera, pero la epidemia de peste de 1588 y otros sucesos desgraciados, propiciaron el hundimiento de la ciudad y una pérdida importante de población. En la actualidad, su economía se basa en el turismo, especialmente desde que el casco antiguo de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1996.
Toda la ciudad antigua mantiene un interesante patrimonio histórico y arquitectónico, donde sobresalen construcciones como la Catedral o las Casa Colgadas.
Catedral de Cuenca
Se construye en el mismo emplazamiento donde estaba situada la antigua mezquita árabe de la ciudad. Su construcción comienza en el siglo XII, pero no termina hasta un siglo después, exactamente en el año 1271. En 1902 se renueva totalmente la fachada y queda como la conocemos actualmente.
Ermita de la Virgen de las Angustias
Es un pequeño edificio, fuera del casco urbano e intimamente unido a la Semana Santa de Cuenca. Construido por el arquitecto José Martín de Aldehuela entre los siglos XVII y XVIII.
Convento de San Pablo
Localizado fuera del casco urbano, se comenzó a construir en el año 1523 como convento de la Orden de los Dominicos. En 1993 se convirtió en un Parador de Turismo.
Casas Colgadas
Es el monumento estrella de la ciudad. Son viviendas construidas sobre la Hoz del Huécar, alrededor del siglo XV. Actualmente, quedan solo tres casas. Dos se denominan Las Casas del Rey, donde se situa el Museo de Arte Abstracto, y la otra La Casa de la Sirena.
Torre de Mangana
A esta Torre se la denomina así desde el siglo XVI. Está emplazada en lo que fue en su día el barrio mudéjar y la judería, donde se erigía el alcazar andalusí.
Ayuntamiento
Es uno de los punto centrales de Cuenca. Situado en la Plaza Mayor, se construyó en 1733 por Lorenzo de Santa María. Allí podrás tomarte un descanso en una de las cafeterías que inundan la plaza.
Puente de San Pablo
Sobrevolando el río Huécar, encontramos este impresionante puente de hierro y madera, construido en el año 1902 por el ingeniero valenciano José María Fuster y Tomás. Se inaguró en la primavera del año siguiente. El puente original, construido en piedra, acabó derrumbándose con el paso del tiempo.
Rascacielos
Tradicionalmente, se denomina así a las casas situadas en los números impares de la calle Alfonso VIII. Estas viviendas, con tres o cuatro alturas hacia la calle, pueden llegar a tener más de diez en la parte posterior. De este modo, las casas cuelgan sobre el barrio de San Martín, ofreciendo vistas a la hoz del Huécar.
Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha
Acoge una importante colección de fosiles, procedentes de dos de los yacimientos más relevantes de Europa. Tanto en el exterior como en sus salas, encontraremos réplicas a escala natural de dinosaurios y otros animales prehistóricos, así como de sus hábitats.
Pero además de este museo, los amantes de la cultura, pueden visitar la Fundación Antonio Pérez, el Museo de la Semana Santa, la Fundación Antonio Saura y el Museo de la Ciencias.
Y si deseas desplazarte fuera de la ciudad, no te pierdas el Nacimiento del Río Cuervo y la Ciudad Encantada.
Cuenca ha sabido mantener un equilibrio entre la modernidad y la tradición, cuidando su maravilloso patrimonio natural y cultural. Su arte y su historia, harán las delicias del viajero y le permitirán sumergirse en una experiencia que seguro no olvidará.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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