Las calles de Toledo huelen a historia, a convivencia de culturas, al
arte del damasquinado. Su riqueza monumental y su valor histórico la hicieron
merecedora de ser ciudad Patrimonio de la Humanidad. No existe mejor modo
de sentir la magia de esta villa monumental, que pernoctando en alguno de estos
alojamientos turísticos llenos de historia y
encanto.
Hotel Fontecruz Toledo
Ubicado en el que fuera palacio
de vacaciones de la Emperatriz Eugenia de Montijo, el Fontecruz es un elegante
hotel de cinco estrellas situado en pleno centro histórico, a tan sólo 200
metros de la catedral.
Decorado con alfombras hechas a
mano y muebles de época, cuenta con 40 habitaciones y suites, gimnasio y un spa donde poder
disfrutar de tratamientos de salud y belleza.
Este hotel de lujo dispone de un bar especializado en coctelería y un
restaurante con cocina de autor y productos de la tierra, además de salas
para eventos sociales y empresariales.
El arte, la historia y la cultura
se respiran en cada rincón de este antiguo palacio toledano que conserva
alfarjes de los siglos XIV y XVI, y restos romanos del siglo I.
Hotel Sercotel Pintor El Greco
En el histórico barrio judío de
Toledo, a escasos cincuenta metros del Museo del Greco y aprovechando una
antigua tahona del siglo XVII, encontramos el Hotel Pintor El Greco,
perteneciente a la cadena Sercotel.
Con una decoración que combina lo clásico con lo moderno, este singular
hotel de cuatro estrellas, cuenta con 56 habitaciones equipadas para ofrecer
todas las comodidades posibles al viajero. Los clientes que quieran viajar
acompañados de sus mascotas, también podrán alojarse en este pintoresco hotel,
previa reserva y pagando un pequeño suplemento diario.
El único inconveniente de este
hotel es que no dispone de restaurante, aunque sí de bar y desayuno buffet.
Del antiguo edificio se ha
conservado la fachada, así como un precioso patio interior con fuente central.
Con el sonido del agua manando de esta fuente, el visitante puede cerrar los
ojos y viajar en el tiempo cuatro siglos atrás, cuando el olor a pan cocido en
horno de leña inundaba de deliciosos aromas este barrio judío.
Hotel Abad de Toledo
A escasos metros de la plaza del
Zocodover y con vistas a la Vega Baja del río Tajo, se encuentra este hotel con
encanto que conjuga a la perfección historia y modernidad. Situado en una
antigua herrería del año 1815, las vigas de madera y las paredes de piedra se
combinan con mobiliario de líneas puras en madera noble y telas en tonos
caldera, anaranjados y azules.
Se trata de un hotel tranquilo de
tres estrellas, pues apenas dispone de 22 habitaciones, que cuenta con parking,
wifi gratuito y un pequeño bar donde tomar un refrigerio después de una intensa
jornada recorriendo la ciudad.
Hotel María Cristina
Aunque no se encuentra en el
mismo centro histórico, sino próximo a éste a través de la Puerta de Bisagra,
merece la pena destacar el Hotel María Cristina, que se ubica en un palacio con
ábside mudéjar. Su primitiva construcción se remonta al siglo XV, cuando acoge
el Hospital de San Lázaro. Durante su historia este lugar también fue un
orfanato, si bien debe su nombre a la reina María Cristina, quién lo habitó
durante un tiempo.
Este hotel de tres estrellas dispone
de 73 habitaciones de estilo clásico y castellano, que conjugan la historia con
la comodidad y el descanso. De entre
todas ellas destaca la “Habitación Imperial”, una de sus junior suite, que presenta
una forma redonda y abovedada muy singular.
El hotel acoge el restaurante El Ábside, uno de los más famosos y
elegantes de todo Toledo, en el que el viajero podrá degustar platos
típicos de la gastronomía castellana y también internacional. Posee dos
salones, uno de estilo mudéjar y otro mozárabe.
Hotel Hacienda del Cardenal
Ubicado en un auténtico palacio
toledano del siglo XVIII que en su día perteneció al Cardenal Lorenzana, se
encuentra el Hotel Hacienda del Cardenal, que cuenta con 27 habitaciones
orientadas al norte y repartidas en dos plantas.
El hotel, rodeado de murallas en
pleno casco histórico, se sitúa en la parte alta del jardín, encontrándose la
recepción en el antiguo zaguán del palacio, en el que se puede observar el
escudo familiar.
El viajero encontrará en la
Hacienda del Cardenal, no solo un lugar de descanso, sino también un lugar para
entregarse a los placeres gastronómicos. Su restaurante es famoso por ofrecer
los mejores asados de cochinillo y cordero elaborados como antaño, empleando para
ello hornos de madera de encina.
Destacan también las salas destinadas a restauración, que conservan la decoración de este antiguo palacio toledano y sus hermosos jardines, en los que el visitante podrá comer o disfrutar de su zona chill-out. Y para tomar un tentempié, el hotel dispone de una encantadora taberna en la que ofrece una atractiva selección de raciones y tapas típicas de la zona.
Olga Fuentes - Derechos Reservados
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